miércoles, 15 de agosto de 2007

Panes, capital nacional de los bolos La localidad peñamellerana acogió anoche la entrega de los premios «Pico Peñamellera» a Ramón Tamés, Antonio Núñe

Panes se convirtió ayer en la capital española de los bolos al acoger la entrega de los premios «Pico Peñamellera», que en esta edición recayeron en los llaniscos Ramón Tamés Blanco y Antonio Núñez Martín, y en el Banco de Santander.
Los premiados fueron glosados por el periodista local José Lebeña, la escritora llanisca Carmen Gago y el profesor de Historia en el Saint Ignatius College de Londres José Antonio Buergo. El acto se celebró en el Ayuntamiento. Panes, Rebeca Aja La edición 2007 de los premios «Pico Peñamellera» de bolos se clausuró ayer en Panes (Peñamellera Baja) con un emotivo acto de entrega de los galardones a los premiados: Ramón Tamés Blanco, Antonio Núñez Martín y el Banco de Santander. El aforo del salón de plenos del Ayuntamiento peñamellerano se llenó de familiares, amigos, aficionados y representantes políticos y del mundo de los bolos para rendir un caluroso y merecido homenaje a los nominados, que fueron glosados por el periodista local José Lebeña, la escritora llanisca Carmen Gago y el profesor de Historia en el Saint Ignatius College de Londres Juan Antonio Buergo. Ramón Tamés Blanco recibió el premio de manos del presidente de la asociación Pico Peñamellera, Isidro Caballero Sardina, y cerró su turno de palabra con una contundente máxima: «Estoy convencido de que los bolos prolongan la juventud». Y es que este llanisco de La Pereda, a sus 72 años, sigue portando su petate de bolas de corro en corro, por Asturias y Cantabria. Por su parte, Antonio Núñez agradeció la labor de la asociación Pico Peñamellera por reunir, cada año en Panes, «a todas las familias bolísticas» y compartió el premio con su familia, la Peña Pancar, Emilio Riaño (ex presidente de la Peña Bolística Textil Santanderina en la que militó) y los recordados Jesús Álvarez y Luis Ángel Caballero. Por parte del Banco Santander recogió el galardón Víctor Bustillo, director de relaciones externas. Bustillo hizo hincapié en el firme compromiso de la entidad cántabra con la promoción y patrocinio del deporte autóctono y tradicional de los bolos, «en un mundo cada vez más globalizado hay que buscar las singularidades», señaló. Y repasó someramente la actividad patrocinadora desde que en 1932 la entidad apoyara el primer concurso de bolos con un primer premio de 200 pesetas. Desde entonces, el memorial «Marcelino Botín» y el trofeo «Campeones» son los dos torneos abanderados del mecenazgo del grupo financiero. Precisamente Panes, que acogió los premios, ha sido la primera sede no cántabra de este torneo itinerante.

domingo, 5 de agosto de 2007

Una historia de heroísmo cotidiano ocurre en un restaurante de Hialeah

Eduardo Bustillo nunca imaginó vivir una experiencia así. Estuvo en el momento y el lugar precisos para salvar una vida. Julio García, un residente de Hialeah, almorzaba tranquilamente con su esposa en el restaurante Molina de esa ciudad cuando comenzó a ahogarse con un pedazo de comida. En pocos minutos, el rostro del hombre de 71 años se tornó azul y cayó desmayado sobre la mesa. Los clientes gritaban y la esposa de García estaba en pánico cuando Bustillo se paró de su mesa, corrió hacia el hombre y al darse cuenta que había dejado de respirar comenzó a oprimirle el abdomen, practicándole primeros auxilios. ''¡Dios mío, pongo mis habilidades clínicas en tus manos! ¡Ayúdame a salvarlo!'', rogó Bustillo mientras trataba de que García respirara. ''Dios mío, mira el dolor de su esposa, ¡ayúdame!'', continuó rezando mientras los minutos pasaban. Por su experiencia, el ejecutivo sabía que esos minutos podían significar la diferencia entre la vida y la muerte de García. ''Sabía que me estaba ahogando, que me estaba muriendo'', recordó García, oriundo de Cuba. Finalmente, Bustillo logró que el hombre expulsara el trozo de alimento y que sus vías respiratorias quedaran libres. García fue llevado al Hospital de Hialeah, donde le dieron de alta horas más tarde. Ayer, los dos hombres se reencontraron en el hospital, en un fraternal abrazo. ''Le doy gracias a Dios por haberme puesto este ángel bondadoso'', expresó emocionado García. ''Ahora siento que Dios me dio otra oportunidad'', agregó. Sin duda, el 24 de julio pasado será una fecha que el matrimonio García jamás podrá olvidar. Tampoco Bustillo, de 41 años, quien tiene una maestría en administración de negocios y salud, y ejerce como director de manejo de riesgos y calidad clínica del Hospital de Hialeah. ''Significó mucho en mi vida'', recalcó el héroe. ''Dios es muy grande y lo pone a uno en el momento justo en que un hermano nuestro nos necesita'', subrayó Bustillo, quien nació en Chicago y es hijo de colombianos. ''Para mi familia, esta experiencia también ha sido impactante'', afirmó el ejecutivo, que reside en Miami Lakes con su esposa, Michelle, y sus tres hijas: Briana, de 9; Anabelle, de 7, y Ariana, de 6. ''Es un milagro'', expresó Amada García, la esposa de Julio. ''[Bustillo] fue un angel que estaba allí y lo salvó. Yo estaba aterrada, viendo cómo mi esposo se me moría'', recalcó la mujer. ''Lo ví caer de bruces sobre la mesa, y pensé que había sufrido un infarto'', recordó Amada, quien tiene 30 años de matrimonio con Julio. ``Pero entonces levantó un poco la cabeza y nos dimos cuenta que se estaba ahogando''. ''Inmediatamente, este señor llegó, lo acostó en el suelo y empezó a darle los primeros auxilios'', describió. Para Amada, los minutos que transcurrieron a continuación fueron ``una eternidad''. ''Mi esposo no respiraba y el hombre seguía luchando'', relató la mujer, oriunda de La Habana. Ayer, la mujer dijo que la vida debe ser valorada minuto a minuto y que esta experiencia fue una gran prueba de fe. ''Clamé a Dios por su vida y me concedió el milagro'', aseveró

viernes, 3 de agosto de 2007

Bustillos en Llanes

La Pereda (Llanes),Daniel BÁRBARA
Los vecinos de La Pereda, en Llanes, y los forasteros asiduos a la población llanisca celebraron ayer con emoción contenida el centenario del primer santuario erigido en España bajo la advocación de la Santísima Virgen de Guadalupe de México y el 120.º aniversario de la devoción a esta Virgen.
Corría el año 1887 cuando los habitantes de La Pereda comenzaron a venerar a la Virgen de Guadalupe.
Casi veinte años más tarde, a finales del año 1906, los hermanos Diego y Francisco Bustillo, hijos del pueblo llanisco e indianos en México, consiguieron elevar el templo, gracias en buena parte a su entusiasmo por la promoción de la cultura y el progreso de su localidad natal.
Ayer, unos y otros rindieron un emotivo homenaje a los hermanos Bustillo, coincidiendo con la celebración de las fiestas de La Guadalupe, en La Pereda.
Una consideración que se verá complementada hoy, viernes, con la inauguración de una exposición conmemorativa titulada «Efemérides del culto a La Guadalupe de México en La Pereda, 1887-1907-2007».
El acto tendrá lugar a las 20.00 horas en la Casa de Llanes.
La muestra permanecerá abierta al público hasta el 2 de septiembre.
A primeras horas de la mañana de ayer, una salva de voladores anunciaba el día grande de los festejos de la Virgen de Guadalupe de México.
A las 12.30 horas de la mañana, bajo un calor sofocante, los feligreses tomaban sitio en el interior del templo para asistir a la misa asturiana, acompañada de gaita y cantada por el coro parroquial. Tras el sermón eclesiástico, los devotos de La Guadalupe formaron una extensa hilera para rodear en procesión el santuario erigido a finales del año 1906 en La Pereda.
Tras los pasos de los sacerdotes, un grupo de mozos del lugar, vestidos de porruanos, como dicta la tradición, elevó sobre sus hombros un ramo repleto de roscos de pan y adornado con llamativas flores. Tras los galanes porruanos, un buen número de aldeanas recitaba los cantares en honor a la Santísima Virgen a golpe de pandereta. La procesión finalizó con la vuelta de La Guadalupe a la capilla centenaria. Después, los mozos y mozas del lugar realizaron, a los pies del templo, el tradicional ofrecimiento del ramu, seguido de bailes regionales, para finalizar los actos matinales con la danza prima.
Al cierre de esta edición, se celebraba una verbena, amenizada por la orquesta «Tabú» y el «Dúo Fiesta».
La exposición conmemorativa «Efemérides del culto a La Guadalupe de México en La Pereda, 1887-1907-2007» ha sido confeccionada por un grupo de vecinos de La Pereda, que contaron con la colaboración de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento.
La muestra reúne distintas piezas, objetos de culto, documentos epistolares y fotografías aportados por vecinos de La Pereda y se divide en tres secciones: la figura del indiano como mecenas; el ramu como testimonio festivo y social, y la devoción llanisca a La Guadalupe de México.
En relación con el apartado sobre la figura del indiano, se exponen algunos documentos personales y familiares de los fundadores, así como privilegios y concesión de indulgencias, que en su conjunto dan idea de la intensidad y el esfuerzo con que se llevó a cabo la tarea religiosa y social vinculada a la devoción a la Virgen de Guadalupe, al tiempo que se da cuenta de la personalidad, las circunstancias vitales y el estatus social de sus promotores.
Uno de los apartados destacados es la colección epistolar, reflejo fiel de la vida cotidiana y de la ininterrumpida relación entre España y América.
En esas cartas se expone la visión de los problemas familiares y personales, de la economía y de la vida cotidiana y la festiva, y queda patente el mundo tradicional de la aldea que los indianos dejaron atrás, y la aventura, el riesgo y el progreso que encontraron en su emigración a México.