domingo, 19 de julio de 2009

Reynaldo René Sabillón Bustillo

San Pedro Sula, Honduras Desde el día de su nacimiento Reynaldo René Sabillón Bustillo se aferró a la vida y aprendió a luchar por ella. Haber nacido de un parto prematuro fue la causa de la ceguera que desde aquel 7 de abril de 1961 llevó como un estigma que le ponía trabas para triunfar. Su impedimento físico se convirtió en la razón de su esfuerzo, valentía y perseverancia que hoy le permite contar, con una sonrisa de triunfo, su historia de penalidades. Al igual que otros pequeños de su edad, Reynaldo fue a la escuela y jugó fútbol; sin embargo, el ser un niño no vidente era motivo de burlas y marginamiento. Nada lo detuvo y durante la adolescencia despertó en él una pasión por la música. Aprendió a tocar el teclado, la guitarra y la armónica. “Mi papá me compraba pitoretas, yo me ponía a soplar y jugaba con ellas, así fui aprendiendo a tocar instrumentos”, recordó Reynaldo mientras con sus dedos acariciaba el teclado con el que hoy ameniza eventos. Lágrimas y desprecios Cada meta que Reynaldo se proponía la alcanzaba a pesar de los rechazos que enfrentaba. “Cuando salí de primaria ya no quería estudiar porque me trasladaron de Tegucigalpa a San Pedro Sula. Pasaron diez años y me di cuenta que tenía que continuar preparándome, pero en los colegios públicos no me aceptaban”, relató. Fue después de tocar puertas en centros privados que Reynaldo pudo sacar su bachillerato en Ciencias y Letras. Al recibir su título de secundaria se matriculó en el Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula. “Muchos me despreciaban pero yo confiaba en el Abogado de Arriba”, expresó. Cobrando cinco lempiras por cada canción en restaurantes costeó sus gastos universitarios y después de 18 años el pasado jueves recibió su título de Licenciado en Ciencias Jurídicas con orientación Laboral y Mercantil. “Este título me costó desvelo, lágrimas y desprecio. Decidí estudiar esta carrera para hacer prevalecer el derecho. Siempre combatiré las injusticias”, añadió. Reynaldo es un ejemplo para la sociedad a quien invita a leer un texto bíblico en Levítico 19:14 “No maldigas al sordo, y delante del ciego no pongas tropiezo”.

sábado, 18 de julio de 2009

Carlos Bustillo

Soy Carlos Alberto Bustillo de Los toldos Provincia de Buenos Aires Argentina y quisiera compartir con los bustillo mi foto y algunas cosas mias.
Un abrazo Carlos, el Bustillo Toldense

viernes, 3 de julio de 2009

"¿Por qué el Gobierno repatría a 'sin papeles' y no tiene dinero para traer a mi padre a morir a casa?"

A Germán Bustillo, español que trabaja en Gabón, le han diagnosticado una semana de vida. Su familia no puede pagar el avión medicalizado para que no muera solo.
La familia de Germán Bustillo Merino pide desesperadamente ayuda para poder traerle a casa antes de morir. Los médicos de Gabón, el país africano en el que Germán, de 57 años, trabaja desde hace 20, le han diagnosticado una semana de vida. Para que pueda regresar a España, donde viven su mujer y sus ocho hijos, necesitan un avión medicalizado. Pero no pueden pagarlo. "El cónsul ha hablado con el Ministerio de Asuntos Exteriores y le han dicho que no pueden hacerse cargo. Contratar un avión medicalizado cuesta 30.000 euros y ¡nosotros no tenemos ese dinero!", llora Victoria Bustillo, su hija. "Yo cobro 400 euros del subsidio de paro. Otro de mis hermanos no trabaja. Los demás están ahogados en créditos y la hipoteca. Le facilité al cónsul toda la información sobre nuestros ingresos, pero no ha servido de nada. ¡Si vendemos la casa, no tenemos a dónde ir! ¿Por qué el Gobierno repatría todos los días a inmigrantes sin papeles y no tiene dinero para traer a un español a morir a casa?". Victoria y sus hermanos, residentes en Bilbao, llevan todo el día al teléfono buscando una solución. "Hemos llamado a la Fundación Españoles por el Mundo, que tenía un convenio con Médicos sin Fronteras para repatriar a presos enfermos, pero nos han dicho que ese convenio ya no existe. He hablado antes con mi padre por teléfono. Ha sido sólo un rato porque se cansa mucho, pero me ha dicho que él lo único que quería era volver a casa para morir al lado de su familia...". Germán Bustillo, mecánico forestal, tenía en Gabón una pequeña empresa que tuvo que vender para pagar los tratamientos médicos. "Allí esas cosas son muy caras. El Gobierno de Gabón le debe mucho dinero, pero el cónsul le ha dicho que hasta que no haya nuevas elecciones -el presidente del país murió el pasado 8 de junio en una clínica de Barcelona- va a ser muy difícil recuperarlo. Estamos desesperados. No tenemos dinero para ir o para traerle. Sólo queremos que muera en casa. ¿Qué vamos a hacer?".